Priorizar el descanso: el tiempo no es dinero

Muchos de nosotros todavía pensamos así. Por un lado, nos sentimos agotados y desesperados por descansar. Por el otro, nos cuesta muchísimo ser constantes y priorizar el descanso. Llegamos a diciembre exhaustos, después de haber luchado contra esta pandemia por casi dos años; obligados a tolerar niveles de estrés, ansiedad e incertidumbre históricos. Pero, cuando por fin tenemos tiempo libre, pisamos el acelerador a fondo. Organizamos vacaciones con más actividades que una escuela de doble turno. Tenemos una pila inmensa de libros que deseamos leer durante el verano, mientras que redecoramos la casa y aprendemos a hablar japonés. ¿Por qué será que, por muy cansados que estemos, nada pareciera ser más difícil que desacelerar y descansar?Creo que nuestra relación de amor-odio con el descanso se basa en cuatro mentiras que debemos desaprender: (1) que el tiempo es dinero; (2) que rápido siempre es mejor; (3) que estar ocupado implica ser importante; y (4) que la velocidad nos protegerá del dolor. Si estamos dispuestos a cambiar nuestra perspectiva y a tomar pequeños pasos en la dirección correcta, descubriremos que podemos llevar un ritmo de vida en el que hay espacio para el descanso y la creatividad. Esta es, justamente, la vida abundante que Dios siempre quiso que tuviéramos.

1. El tiempo no es dinero

Si el tiempo es dinero, deberíamos tratarlo como a un restaurante de “tenedor libre”. Con una glotonería enfermiza, deberíamos continuar apilando actividades en nuestros platos ya desbordantes. Y, cuando nos duela el estómago, en lugar de detenernos, deberíamos desabrocharnos el cinturón y los pantalones a fin de hacer lugar para el postre. Si el tiempo es dinero, cuanto más logremos hacer en un período de 24 horas, sin importar cuán nauseabunda sea esta experiencia, más nos rinde la inversión.

Pero ¿y si el tiempo no es dinero, sino vida? Piénsalo: No puedes ahorrar tiempo; puedes desperdiciarlo, pero nunca podrás ahorrarlo. Utilizarás cada uno de los 86.400 segundos de hoy, hoy (sin importar lo rápido que vayas). Como señala el autor minimalista Leo Babauta: “La vida es mejor cuando no intentamos hacerlo todo. Aprende a disfrutar la porción de vida que experimentas, y la vida te resultará maravillosa”. Todo lo que necesitamos es una porción de vida, ¡no todo el bufé!

El tiempo es mucho más caro que el dinero. Es la materia prima de nuestra existencia. Es limitado, precioso y fugaz. Una vez que se acabe el tiempo, el dinero no ayudará. Elige sabiamente cómo usas tus días. Babauta reflexiona nuevamente: “Hacer un gran número de cosas no significa que estás logrando nada significativo”. En lugar de apuntar hacia la cantidad, apunta a la calidad; a tener tiempo para lo que realmente amas.

[Voy a publicar acerca de las otras 3 mentiras ponto, si tienes preguntas, enviame un email]

 

Gracias por tomarte el tiempo de leer los blogs de Vanesa Pizzuyo. Dios quiere que estemos inspirados en cada momento y especialmente en los momentos difíciles, y hemos creado este sitio web para inspirarte y motivarte. Continúe con nosotros, manténgase actualizado y sea bendecido.

United Kingdom

Yo soy una escritora, presentadora de radio y periodista latinoamericana. Comencé a escribir poemas cuando tenia nueve años, empujando las teclas de una vieja maquina de escribir verde con mis índices regordetes. Mi mamá atesoró esos primeros poemas como si los hubiera escrito Neruda. A medida que fui creciendo, los poemas se transformaron en cuentos, los cuentos en artículos y, finalmente, los artículos en libros.